
Sergio Maldonado es CEO de PrivacyCloud, empresa fundada en marzo de 2018, dedicada al desarrollo de software y prestación de servicios para la gestión de datos personales y a actividades comerciales diseñadas en base a principios de privacidad desde el diseño. Hablamos con él de su modelo de negocio, de la posibilidad de que los usuarios tengan un mayor control sobre sus datos personales, o de las tendencias en marketing digital, en Especial Directivos.
Pregunta.- ¿Qué es PrivacyCloud? ¿Qué servicios ofrecéis?
Sergio Maldonado.- PrivacyCloud es un Privacy-First Marketing Cloud. A día de hoy ofrecemos un canal publicitario en el que los anunciantes no tienen que arriesgarse a tratar datos personales de sus potenciales clientes. Damos un respiro a las empresas que se han cansado de molestar a la audiencia con solicitudes de consentimiento.
P.- ¿Cuál es vuestro modelo de negocio? ¿Qué os diferencia de otras empresas del sector?
S.M.- Cobramos a marcas y «retailers» en función de la efectividad de sus propias campañas, que se activan a través de ambos, el correo electrónico y una aplicación móvil que permite a la audiencia acceder gratuitamente a contenidos de pago.
La principal diferencia con otros canales Zero-Party Data (o apoyados en datos gestionados por los propios usuarios) es que las marcas anunciantes no tienen que tratar o procesar datos personales en ninguna fase del ciclo de captación. Ni se ceden, ni se venden, ni se especula con pagar a la gente por renunciar a un derecho fundamental, que es su privacidad.
«Nos pareció que había llegado el momento de apostarlo todo por un cambio de ciclo que pusiera al cliente realmente en el centro».
P.- ¿Cómo nace la idea de fundar PrivacyCloud?
S.M.- Nuestras dos empresas anteriores (Sweetspot, Divisadero) se enmarcan en el espacio del Big Data aplicado a marketing, y ya desde ambas llevábamos años empujando el valor de los datos agregados y anónimos frente al perfilado individual.
Cuando por fin vimos venir el GDPR (LA LEY 6637/2016), junto con el avance de las soluciones de identidad descentralizada, Ethereum, web3, etc. nos pareció que había llegado el momento de apostarlo todo por un cambio de ciclo que pusiera al cliente realmente en el centro, y de ayudar a las empresas a abandonar el empecinamiento por recabar una cantidad inmensa de datos que no son capaces de aprovechar o justificar.
A todo ello se suma que yo dediqué unos cuantos años de mi vida al derecho informático y la protección de datos en internet, y que la confluencia de tecnología, tendencia social y marco regulatorio nos venía como anillo al dedo.
«Sigo echando en falta a más emprendedores que hayan mordido el polvo de verdad, limpiando baños y contando céntimos».
P.- Desde tu experiencia como emprendedor. ¿Consideras que España ofrece un buen ecosistema para el emprendimiento?
S.M.- No, en absoluto. Apenas hay VCs (inversores de capital riesgo) con verdadera experiencia emprendedora, o preparados para apostar por ideas de gran impacto. España es un país bueno para fórmulas ya probadas y «copycats» destinados a venderse a líderes reales en otros mercados, con muy contadas excepciones.
Tampoco hay un apoyo social real. Aunque a esto no ayuda que la mayor parte de startups terminen siendo lideradas por las pocas personas que se han podido permitir un nivel de estudios o experiencias determinadas. La apariencia de crear un club endogámico de gente privilegiada deja bastante claro que no somos capaces de cumplir la promesa fundamental de la movilidad social. Yo sigo echando en falta a más emprendedores que hayan mordido el polvo de verdad, limpiando baños y contando céntimos.
P.- ¿Cuál es vuestro perfil de cliente?
S.M.- Tenemos dos grupos fundamentales: grandes anunciantes (Vodafone, Mapfre, ING, Samsung o BBVA usan nuestra plataforma B2B) y pequeños retailers Direct To Consumer (decenas de pequeños ecommerce). Con una presencia creciente del segundo grupo.
P.- ¿Qué impacto está teniendo la crisis sanitaria del Covid-19 en vuestra actividad?
S.M.- Tuvo un impacto negativo por parar en seco un Joint Venture importante para nosotros y que nos garantizaba la distribución a gran escala, pero hemos podido darle un giro a tiempo para redefinir prioridades. Y estoy seguro de que a la larga será mejor para el producto.
P.- ¿Cuáles han sido vuestras principales cifras en 2020 y 2021?
S.M.- Después de este giro y una redefinición de la propuesta lanzamos NODO (Personal Data Store para consumidores que esponsoriza sus contenidos de pago en una pluralidad de medios) en verano de 2021, cerrando ventas de 225.000 EUR en el primer trimestre de actividad.
«En un entorno 100% digital las empresas recaban información por todos sus poros y los programas de compliance no son suficientes para cubrir la mayor parte de riesgos regulatorios o los ciberataques».
P.- Cada vez más las empresas confían en el almacenamiento de datos en la nube ¿Cuáles son los principales retos de las compañías respecto a la gestión y tratamiento de datos?
S.M.- Si el problema hace unos pocos años era que se perdía el control sobre el dato almacenado, ahora se está perdiendo también sobre el proceso de recolección. En un entorno 100% digital las empresas recaban información por todos sus poros y los programas de compliance no son suficientes para cubrir la mayor parte de riesgos regulatorios, ciberataques, etc.
A menos que aceptemos que el futuro es distribuido (o mucho más equilibrado entre repositorio central y lógica en el «Edge») y que no tiene sentido recabar aquello para lo que no tenemos un propósito claro seguiremos viviendo sustos importantes. Algunas empresas no podrán sobrevivir al mundo que se nos viene encima.
P.- ¿El fin de las «cookies» supondrá una navegación web más respetuosa y transparente?
S.M.- No necesariamente. Ya vivimos sin cookies de tercera parte en el 36% de los navegadores (si sumamos entornos móviles) y la navegación sigue siendo un infierno de pop-ups, consentimientos absurdos, etc. También seguimos coexistiendo con la elaboración de perfiles, si bien basados en otros identificadores, fingerprinting, etc.
La navegación será más respetuosa cuando las empresas no tengan incentivos para crear perfiles y estropearla. Y esto empieza por la publicidad digital.
«Ganarán las marcas que sepan modularizar sus propuestas en función de estas preferencias y necesidades, sin tener que recabar o procesar datos de nadie».
P.- ¿Qué cambios se están produciendo y se van a producir en la forma en la que las marcas se relacionan con sus clientes ante las limitaciones al uso de sus datos?
S.M.- Ya estamos avanzando hacia un mundo dictado por la demanda, donde poner a la persona en el centro no significa crear un «perfil de 360 grados» de cada individuo que se nos pone a tiro («Brand Centricity»), sino todo lo contrario: permitir que cada persona tenga una visión de 360 grados de cada marca («Human Centricity»). En este escenario son las personas quienes mantienen sus propios datos, preferencias, necesidades, etc. bajo su control sin demasiado esfuerzo.
Ganarán las marcas que sepan modularizar sus propuestas en función de estas preferencias y necesidades, sin tener que recabar o procesar datos de nadie porque no será ya necesario extraerlos de su hábitat natural o la interacción digital que los genera y los aprovecha.
«La gente empieza a valorar mejor a las empresas que invierten en una publicidad más sostenible y respetuosa».
P.- ¿Es posible realizar estrategias de marketing digital preservando la privacidad de los usuarios?
S.M.- Por supuesto. Los primeros resultados de nuestros clientes son muy esperanzadores y demuestran precisamente esto. Por no hablar de que la gente empieza a valorar mejor a las empresas que invierten en una publicidad más sostenible y respetuosa, y que no alimenta la maquinaria de polarización social o amenaza la convivencia democrática. Ya no es solo un tema de sobrevivir al mundo «cookieless», sino también de hacerlo en un futuro sin consentimientos trucados, sin data brokers, con transparencia y control.
P.- ¿Qué necesitan las empresas para diferenciarse y fidelizar al cliente en un ámbito tan competitivo como Internet? ¿Cuáles son las acciones de marketing digital más efectivas?
S.M.- Por centrar el tiro en «retailers» de ecommerce o Direct To Consumer, por ejemplo, lo primero que necesitan es una estrategia para escapar de la dictadura de Facebook, Google y Amazon.
Las acciones más efectivas son aquellas que impiden pagar su impuesto revolucionario a medio o largo plazo, empezando por inversiones en un futuro mucho más descentralizado.
Por supuesto, muy pocas startups pueden permitirse apuntar más allá del cortísimo plazo, y es por eso que el 40% de las inversiones de VC (capital riesgo) van directamente a parar a las arcas de Facebook (Meta).
P.- ¿Cómo están influyendo las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o los chatbots en las estrategias de marketing?
S.M.- La inteligencia artificial es ahora mismo fundamental e insustituible. Es precisamente la estadística avanzada la que nos permite reemplazar el perfilado individual con modelos de personalización y medición basados en datos agregados y anónimos. También nos permite articular mecanismos de aprendizaje federado, o lógica delegada a los dispositivos de cada persona.
P.- ¿Qué planes y objetivos tenéis en PrivacyCloud, a corto y a largo plazo?
S.M.- A corto plazo seguiremos iterando el producto y viéndolo aprender y mejorar con constancia militar. A largo plazo queremos facilitar a los usuarios un «Personal AI» descentralizado que actúe en su nombre frente a marcas, proveedores y prestadores de contenido.