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    2022, es el año de la eficiencia

    2022, es el año de la eficiencia

    2022, es el año de la eficiencia

    Especial Directivos, Nº 1816, Sección Management, Quincena del 15 al 28 Feb. 2022, Wolters Kluwer

    Especial Directivos - Management, Nº 1816, Sección Management, Quincena del 15 al 28 Feb. 2022, Wolters Kluwer

    La hiperautomatización, sacarle partido a los datos y la colaboración entre pymes son las tendencias más claras de este año.

    Agustín Rodríguez

    CEO de pfs

    Con la llegada del coronavirus, hemos visto cómo se ha acelerado la digitalización y muchas empresas se han dado cuenta de que si no se transforman, van a quedar fuera de juego. Ninguna empresa estaba específicamente preparada para la llegada de una pandemia y sus terribles consecuencias. Sin embargo, ha quedado claro que las empresas que habían trabajado previamente en su digitalización, o las que empezaron a trabajarla muy en serio, son las que han navegado mejor la situación.

    Desde el año 2020, hemos pasado de que la digitalización sea una cualidad, a una necesidad totalmente inmediata. La llegada del coronavirus no ha cambiado la tendencia de fondo, pero ha sido un acelerador importante. Las compañías se han visto obligadas a evolucionar a todos los niveles, desde el más básico, como trabajar el avatar digital de los trabajadores que aparece en una videollamada o el perfil en Linkedin.

    Los ingresos de las compañías también se han visto trastocados desde la llegada del coronavirus y las restricciones. Porque no nos engañemos: las únicas empresas que se han beneficiado sustancialmente con un incremento en sus ingresos son las farmacéuticas, las de los productos contra el covid, o algunas plataformas como Zoom y Glovo. Y en general las que menos han sufrido son las que proveen servicios tecnológicos.

    Cuando la línea de ingresos está afectada a la baja, la reacción es muy clara: hay que gastar menos y buscar la eficiencia. En España tenemos un buen clima, nos gusta socializar y no estaba en nuestro ADN estar en casa delante de una pantalla. Basta ver que ahora que muchas personas teletrabajan, pero cuando acaban la jornada laboral, salen de casa para ver amigos o ir a cenar. Esto es parte del proceso de aceptación de la nueva realidad.

    Las restricciones por el coronavirus han obligado a las empresas a realizar muchos cambios y algunas de ellas no han vuelto a su proceso de producción anterior. Incluso ahora que los centros de trabajo son prácticamente seguros para regresar a ellos, muchas compañías han eliminado el presencialismo, porque se han dado cuenta que se puede ser igual de productivo desde casa o en formato híbrido. Eso sí, hace falta un ordenador, una conexión y es clave una robusta organización interna y enfoque claro hacia objetivos tanto de empresa, como de equipo e individuales.

    El 2022 comienza sin muchos cambios. En mi opinión, la tónica es la misma que la de hace unos meses. A nivel económico, no estamos teniendo una recuperación económica al ritmo que nos gustaría, ni por parte del turismo, que es un motor clave en España, ni en otros, como la producción. Esto se va a dejar notar.

    Por otro lado, las oportunidades de crédito que hemos tenido desde la llegada de la pandemia no han sido aprovechadas para hacer cambios transformacionales. En marzo de 2020 se decía que nos íbamos a recuperar en semanas. Después se habló de que volveríamos a la normalidad en algunos meses. Lo cierto es que hemos sido muy cortoplacistas en la toma de decisiones. El tráfico regresó en septiembre de 2021 con la vuelta de los trabajadores a las oficinas, lo cual nos demuestra que no hemos cambiado con la llegada del virus. Solo hemos estado contenidos.

    En estos momentos no estamos en recesión, pero crecemos despacio, y esto implica que las empresas no son capaces de soportar los gastos de 2019, porque los ingresos desde la llegada del coronavirus son más pequeños. A este ritmo, la recuperación es compleja y necesitan trabajar la eficiencia para ser más productivos. La tendencia para las empresas es buscar herramientas software que les permitan hacer lo mismo o más, pero con lo mismo, o menos.

    La hiper-automatización es la apuesta más clara, porque permite delegar en una máquina todo lo que se puede realizar cuando no se está de cara al cliente y es muy útil desde el punto de vista administrativo.

    Esta solución permite automatizar las tareas repetitivas y complejas, reduciendo los costes. Sin embargo, no está diseñada para eliminar a las personas de sus puestos de trabajo. Busca ayudarles en algunas de las tareas diarias que no les aportan ningún valor, para que los empleados puedan dedicarse en aquello en lo que siempre les falta tiempo, también, y aquellas otras en las que se requiera inteligencia emocional, creatividad, interpretación de resultados o el juicio humano para gestionar excepciones.

    El éxito del uso de la hiper-automatización es que reduce el esfuerzo humano, ejecutando un gran volumen de transacciones en poco tiempo. Cuando reducimos el riesgo de error, mejoramos la calidad de los puestos de trabajo eliminando tareas tediosas que no aportan valor, e incrementando la productividad y la competitividad de las empresas.

    En pfs trabajamos en sectores muy diferentes y cada uno se encuentra en un momento diferente en cuanto a la transformación digital y la automatización de tareas. Algunos de ellos, como el financiero o la banca, son los que más han invertido en el tiempo a nivel de tecnología, pero también los que tienen una necesidad mayor. Los bancos y aseguradoras del futuro se van a parecer muy poco a lo que hoy conocemos y necesitan una transformación profunda del negocio.

    Otra de las ventajas de la Inteligencia Artificial es que ayuda a analizar la data para sacar el máximo rendimiento a los clientes y productos. Las empresas tienen muchos datos, pero normalmente no están ordenados ni utilizados de la mejor manera. Bien trabajados, permiten tomar decisiones en función de análisis de comportamiento histórico, para poder definir cuál es la mejor estrategia a seguir o dónde hacer crecer la compañía.

    Por ejemplo, si tengo unos miles o decenas de miles de casos de clientes y situaciones, tengo un comportamiento. La Inteligencia Artificial me dice: “si un cliente de este tipo, geográficamente o por la edad, te puede dar dinero, la probabilidad de que te pague es esta. Y si ha hecho compras en estos sitios, es esta otra”.

    El problema de esta tecnología es que normalmente sólo es accesible para las grandes empresas y este hándicap es un reto en adelante. Las pymes están trabajando en otra dirección: en la de armar redes profesionales para poder dar un mayor servicio. La tendencia es la de colaborar entre ellas, porque la gran diferencia que presentan respecto a las grandes empresas es la infraestructura y su número de empleados. Si varias pymes se alían, son mucho más fuertes y competitivas.

    La colaboración entre pymes se puede dar entre distintas profesiones o profesionales del mismo sector. Por ejemplo, algunos despachos de abogados ubicados en diferentes comunidades autónomas pueden unirse para dar servicio en casi todo el país. Para ello, deberán digitalizarse también, porque el papel y el fax, como ya sabemos, son cosas del pasado.

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