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    La dirección pública profesional como correa de transmisión entre la política y la gestión, y viceversa

    La dirección pública profesional como correa de transmisión entre la política y la gestión, y viceversa

    Borja Colón de Carvajal Fibla

    Director General de Coordinación de Políticas Públicas. Diputación provincial de Castellón

    Especial Directivos, Nº 1846, Sección Management, Quincena del 15 al 30 Jun. 2023, LA LEY

    Especial Directivos - Management, Nº 1846, Sección Management, Quincena del 15 al 30 Jun. 2023, LA LEY

    El cambio climático, la despoblación de las zonas rurales o la sequía son tres ejemplos actuales de cómo los poderes públicos deben enfrentarse a desafíos complejos sin demasiadas garantías de encontrar soluciones satisfactorias para los mismos.

    Se acerca un cambio de ciclo, en la gestión y en la política, que arrancará para el mundo local y autonómico a principios del mes de junio, y todos los que trabajamos en lo público esperamos con expectación ese acontecimiento recurrente cada cuatro años. Sin embargo, hay un conjunto de empleados públicos, un grupo muy reducido de momento – lamentablemente – que lo vivirá en primera persona con una responsabilidad y entrega por encima de la media.

    Me refiero a los Directivos Públicos Profesionales, nominales o referidos, que van a tener que esforzarse durante esos primeros meses de legislatura para facilitar los cambios de gobierno o, en su caso, dar continuidad a la maquinaria administrativa para que los equipos políticos que repiten no noten la desaceleración inevitable en el plano de la gestión de estos últimos meses.

    Esos Directivos Públicos Profesionales funcionan esencialmente como una correa de transmisión entre el poder político y las estructuras técnicas pero, al mismo tiempo, son la garantía de que éstas, el verdadero músculo de las Administraciones públicas, se ensamblen lo antes posible con la visión que desde la legitimidad de las urnas traen consigo los nuevos gobernantes – viejos si repiten – para impulsar durante los cuatro años que tienen por delante el conjunto de políticas públicas que configuren las nuevas reglas de juego de un territorio determinado, municipio o comunidad autónoma, desde su propia visión de los hechos, desde su realidad política e ideológica. En palabras de Rafa Jiménez Asensio, los Directivos Públicos Profesionales sirven para “reducir los espacios de discrecionalidad política y reforzar la objetividad e imparcialidad creando un núcleo estratégico capaz de llevar a cabo una interlocución efectiva recíproca y de retroalimentación entre el Gobierno y la Administración (Política y Gestión)” - Entrada de Rafa Jiménez Asensio en su blog – La mirada Institucional – publicada el 11 de junio de 2020 y disponible en abierto aquí: https://rafaeljimenezasensio.com/2020/11/06/por-que-profesionalizar-la-direccion-publica/.

    Sin embargo, no todo podrá cambiar durante ese tiempo, porque hay elementos consustanciales a la acción de gobierno y a la misma gestión que merecen una estabilidad a largo plazo, una impermeabilidad total frente a los cambios, un rumbo fijo y permanente que asegure, como mínimo, que la nave va a poder ser gobernada en tiempos difíciles a pesar del rumbo que se quiera tomar.

    Dice Daniel Innerarity del momento actual que "demasiadas cosas están conectadas con demasiadas cosas", lo que representa en muchos casos un problema enorme en términos de gestión que la política es incapaz de resolver. El cambio climático, la despoblación de las zonas rurales o la sequía son tres ejemplos actuales de cómo los poderes públicos deben enfrentarse a desafíos complejos sin demasiadas garantías de encontrar soluciones satisfactorias para los mismos.

    El término de interdependencia define perfectamente la dificultad de encontrar soluciones puntuales a problemas complejos sin afectar – aun sin quererlo – a otros elementos de la ecuación que nada tenían que ver con la primera variable que tratábamos de despejar, algo así como el efecto mariposa pero a lo bruto, sin medir las consecuencias en el espacio – tiempo.

    ¿Qué significa esto?, ¿Que debemos tirar la toalla? Ni mucho menos, pero por lo menos debemos ser muy conscientes de que debe existir una alianza muy fuerte entre la Política y la Administración para que las decisiones de aquéllos sean ejecutadas por empleados públicos bien orientados y capacitados para hacer frente a los retos a los que nos referimos. Y ahí es donde la Dirección Pública Profesional debe reclamar su posición y reforzar su papel de interlocutor e intermediario entre las decisiones que se toman en las sedes de los partidos políticos y las informes que se firman electrónicamente en los despachos del Interventor.

    No estamos hablando, ni mucho menos, ni de clientelismo, ni de servilismo, ni de favoritismo, ni de nada parecido. Lo dibuja perfectamente Víctor Almonacid en su artículo “Año electoral… La dirección público profesional como elemento de continuidad de los proyectos - Especial Directivos - Management, Nº 1841, Sección Management, Quincena del 1 al 15 Abr. 2023, LA LEY - al referirse a que “El principio que aparece en el ordenamiento jurídico es el de “lealtad institucional”, ni política ni personal. Carles Ramió habla de relaciones de complicidad, un lazo entre políticos y directivos mucho más natural que la malentendida lealtad. La cordialidad es fundamental, pero nadie está por encima de la ley ni del interés general, ese concepto jurídico indeterminado que en ocasiones no es fácil identificar o concretar pero que, a cambio, casi siempre es sencillo identificar a su opuesto: el interés particular”.

    Serán muchos los asuntos a tratar entre los DPP y la nueva clase política que obtenga el poder local y autonómico tras las elecciones, pero sobre la mesa, sobre todo, una cuestión de fondo que debería ser el eje conductor de todas las conversaciones: cómo establecer mecanismos permanentes y estables de coordinación entre la política y la gestión, entre la voluntad surgida de las urnas y la burocracia más asentada, entre el Gobierno y la Administración. Y es aquí, de nuevo, donde los Directivos Públicos Profesionales saldrán a escena para articularse como “una rótula organizativa que debe conjugar las directrices y motivaciones políticas que le vienen de arriba con las exigencias técnicas y profesionales que tiene justo debajo”- El infantilismo organizativo, de Carles Ramió, publicado en su blog de esPublico el 13 de enero de 2023 y disponible en abierto aquí: https://www.administracionpublica.com/el-infantilismo-organizativo/.

    Generar espacios de diálogo, propiciar entornos de colaboración y fomentar las sinergias entre la política y la gestión formarán parte los próximos meses del día de los Directivos Públicos Profesionales, porque ellos mejor que nadie sabrán cómo reduciendo la incertidumbre y la interdependencia los problemas más complejos se abordan desde la formulación de las soluciones más sencillas.

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